Partimos ya con la mente puesta en las escarpadas montañas de los Alpes, su idioma y su cultura. El cuerpo, dispuesto a un par de horas de viaje, aún no sabía lo que esta experiencia le reservaba. Simplemente íbamos dejándonos llevar por la espontaneidad del momento; no habían grandes planes ni logística para hacer algo en concreto. Aterrizamos y ya nos esperaba allí nuestro amigo Daniel. Café de bienvenida y al coche. ¡Nos vamos a Austria – Vorarlberg! Deleitados con el paisaje, admirábamos las montañas dónde nos esperaban dos semanas de disfrute, convicción y auto-superación.
Escalando en las increíbles paredes de Ratikon
Daniel nos esperaba cargado de energía para presentarnos las sorpresas que ofrece la caliza alpina, la cultura, y gastronomía austriaca. Schnitzel, Ratler y un Djembe nos aguardaban para la bienvenida en Bürs. Nos encontramos con el resto de la familia: Rupert, Elena, Jonas, Annalize y Klaus, con quienes compartimos enriquecedores momentos escalando y de fiesta.
Elena y Rupi en el ascenso al Zimba
Visitamos increíbles sitios de escalada deportiva en Vorarlberg, el festival de Boulder Galtür e impresionantes rutas de varios largos en Ratikon, que fue donde un amigo me dijo: “las grandes paredes son buenas para mi soul”, una frase que me hizo sentir identificado.
Sesión de boulder en Galtür con Daniel y Annalize
Los quince días pasaron volando y el rumbo para las dos últimas semanas era Francia. Atravesamos los Alpes suizos y llegamos a Axe-en-Provence, donde nos encontramos con Hile y Nina. Nos pusimos dirección Ailefroide-Alpes Franceses, nuestro próximo destino.
Después de un par de horas de coche, llegamos al caer la noche. Allí nos esperaban el resto de compañeros: Yeray,Tristan y Franzi.
Al día siguiente nos quedamos sorprendidos con las imponentes montañas que teníamos frente a nosotros: rodeados de roca por todos lados, deleitados nuevamente por los glaciares, formas, colores y sueños de escalada.
Buena comida, vino y cerveza eran unas de nuestras prioridades junto con explorar las paredes y montañas. Ailefroide nos reservaba dos semanas de escalada sobre diferentes tipos de roca: placas de granito, fisuras, conglomerado, caliza gris y naranja, cuarcita. Vías equipadas de varios largos, itinerarios de corte alpino, deportiva de alta calidad, via ferrata, barranquismo.
Poco a poco fuimos adaptándonos a escalar en una roca diferente y con un estilo distinto, aprendiendo a aceptar nuestras limitaciones y a superarnos, a fortalecer la mente y mantener la calma.
En el transcurso del viaje fuimos encontrando más compañeros y amigos con quienes compartimos buenas charlas, tocamos el Djembe y disfrutamos de deliciosas cenas acompañados de una buena cerveza, vino o Piconbier.
A pesar de los días de escalada y más de una fiesta acumulados, las fuerzas eran interminables. No se si era la motivación o la energía del sitio lo que nos mantenía dispuestos para seguir.
Se acercaba el final de la aventura y teníamos que dejar algunos compañeros en la estación de tren de Briançon para dirigirnos hacia Montpellier, nuestro destino final.
Ciudad multicultural y con mucha gente joven, con siglos de arte e historia escondidos en sus calles, cerca de montañas, ríos y lagos donde poder darse un buen baño. Pocos días para disfrutar de todo esto, pensaba… El aire de despedida y fiesta flotaba en el ambiente. Un gran día de despedida nos aguardaba. Con el cuerpo algo cansado pero satisfechos por nuestras metas alcanzadas nos despertamos con croissants y café. Por la tarde, barbacoa en el lago, y por la noche fiesta con los amigos en un bar de la ciudad.
Han sido cuatro semanas de cambio, reflexión, renovación y aventuras que han marcado nuestra personalidad y conciencia, cargándonos de energía, motivación y fuerza, enseñándonos a valorar lo que tenemos.. ¡que a veces no le damos importancia o no lo vemos!
*Queremos hacer un agradecimiento especial a Tenerife Outdoor por facilitarnos, como siempre, el equipamiento necesario para afrontar la aventura…¡sin ellos no habría sido lo mismo!
